Sinopsis
La consideración de la Arquitectura como Bien Público en la esfera de la creación cultural y la innovación tecnológica supone una responsabilidad social y una valoración más compleja que la mera consideración del precio de los servicios profesionales. Un bien público como la salud, el medio ambiente, la educación o la innovación científica, no puede tasarse desde la visión reductiva de su rentabilidad económica en el corto plazo.